Dentro de unos días darán el pistoletazo de salida y no estarás. Puedo imaginar, que desde ese día que todo se acabó, cada vez que ves a alguien corriendo se pasan por tu cabeza esos 42km 195m y esa alfombra de los últimos metros que no pisarás y que prometía la gloria.
Ya no te colgarás al cuello esa medalla que te recordará toda la vida que eres capad de hacer cosas inimaginables y por la que tanto habías trabajado.
No ha sido tu decisión, a pocas semanas de finalizar ese plan para maratón en el que habías invertido tiempo robado a la familia y a ti mismo, esfuerzo, sudor...una "mala broma del destino" ha decidido por ti.
Pero, ¿sabes?, para mí ya te ganaste esa medalla con creces. Lo hiciste cada día que luchaste con la pereza y saliste a correr, que te levantaste cuando los demás dormían para ganarle al día ese tiempo de mas. Porque ser maratoniano no es cruzar esa meta, esa es solo la guinda, la punta del iceberg, aunque eso es algo que se aprende después de cruzarla.
No necesitarás esa medalla, porque estaré yo siempre para recordarte lo genial que eres y darte ánimo cuando estés de bajón, como tu lo haces conmigo.
A pesar de lo ocurrido volverás a correr y cuando lo hagas estaré, si tu quieres, a tu lado para recorrer esos 42K 195m y cruzar esa meta de la mano. Hasta entonces reservaré un maratón a tu nombre.
Te quiero ;)
Preciosa entrada. Con tu permiso me quedo por aquí.
ResponderEliminarBesazo.