miércoles, 3 de febrero de 2016

Cuando vas a correr 5K y se te va de las manos: Media Maratón de Getafe 2016

Tenía un reto a la vista, hacer menos de dos horas en la MM de Getafe. Y aunque estuve un tiempo pensando que no era posible que una tortuga corriera tanto, los últimos entrenamientos me hicieron cambiar el chip y pensar que si no lo conseguía al menos sería por poco.

Llevaba un par de semanas que me iban y me venían molestias en la rodilla izquierda y que el periostio estaba intentando pedir guerra, pero lo tenía (o eso creía) bajo control. Hasta que el domingo anterior a la carrera en mi tirada larga empezó a molestar la rodilla, de molestia paso a dolor y a no poder andar cuando me paré.

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Así que tras arduas negociaciones con la jefa y la fisio probaría mi pierna en Getafe, solo 5K. Así que el sábado por la mañana pasé a recoger el dorsal, por primera vez, de una carrera que no iba a acabar. Hasta ese mismo momento no fui consciente de ello y me dio un pequeño bajón.




Y cuando me puse en esa linea de salida y empecé a trotar, el dolor volvió a la rodilla y pensé que no llegaría ni al 5K. Pero el dolor se fue y dejó paso solo a una molestia soportable. Hasta el 4K cuando volvió a doler y el alma se me fue a los pies, sabía que hasta ahí había llegado. Esperé que el GPS marcase el ritmo del 5K, no quería rendirme antes, me despedí de los compañeros de Corre con nosotros que me acompañaban, paré el Garmin y me aparté a estirar. Estiré durante un buen rato y después comencé a andar en el mismo sentido de la carrera para dirigirme a la zona de salida, mientras me adelantaban los últimos corredores.


Y misteriosamente la rodilla dejó de doler y empecé de nuevo a trotar. En el 12K se volvía a pasar por la zona de salida, mi nuevo objetivo era intentar llegar allí para retirarme si mi pierna lo permitía. Así que me puse en modo #run4fun, todo lo que estaba corriendo era tiempo de mas y lo iba a disfrutar como una enana. Aunque eso significase perder tiempo a pararse a bailar con los chicos de la batukada.



Sobre el 6K encontré a una corredora, iba sola y mientras la adelantaba la empecé a animar, se unió a mí y fuimos hablando todo el camino. Gracias a Lorena la carrera empezó a ser muy divertida, animaba a la gente que adelantábamos, se me fue el santo al cielo y cuando quise darme cuenta ya estaba en el 15K y sin dolor de rodilla. Paré a estirar para no forzar la rodilla, mientras veía a mi nueva compañera alejarse. Durante un rato compartí carrera y charla con un hombre de A.D Marathon, 79 maratones y una rotura de cabeza del fémur. Volví a aumentar ritmo para volver a pillar a Lorena y para reclutar una nueva compañera Mila.

Y así de charla y animando a todos los que adelantábamos acabé entrando en meta, con la sensación de que podía haber seguido corriendo 10K más, a pesar de mi rodilla. Aunque no había hecho menos de dos horas, mi segunda MM, es sin duda la carrera que más he disfrutado.

Por si os lo preguntabais, la pierna igual que antes de correr. He vuelto a pasar por taller y la recuperación sigue en marcha.

Gracias por leer!!