lunes, 13 de julio de 2020

Correr en Alaska

Hace calor, mucho calor, de ese que hace que cueste conciliar el sueño por la noche, las tareas del día se vuelvan tediosas y se complique sacar adelante los entrenamientos. Las horas del día en los que calzarse las zapatillas sin morir en el intento se reducen y es cuando toca a cada uno hacer encaje de bolillos con el horario. Y es que el calor está bien pero en vacaciones, en la playa, con un mojito fresquito en la mano.



Y mis piezas del tetris no encajan, como las de muchos otros corredores. No es una queja, no es una excusa, este post es solo un recordatorio de que que no puedo autoexigirme tanto.






Entrar a trabajar a las 6 a.m. hace que madrugar para correr no sea una opción, pero además reduce significativamente las horas del día en las que puedo hacerlo. Y es que dormir 8h pasaría por estar en la cama a las 21h, todo lo que pase de ahí significa restar horas de sueño al cuerpo. Salir a correr de 18 a 19h, volver a casa a ducharse, hacer la cena, cenar y no irse a la cama con la comida en el estómago. Salir a correr a las 18h no es opción cuando apenas se suda y además se tiene tendencia a la tensión baja. La única opción es que el cuerpo no descanse lo suficiente.

La opción para poder entrenar pasa por cenar pronto, salir a correr e intentar estar en la cama mas cerca de las 24 que de la 1, lo que significa dormir entre 4 y 5h. Sobrevivo a base de siestas. 

Y estoy todo el día agotada, llego de trabajar con algunos cuantos kilómetros en las piernas, mi récord está en hacer 20k antes de las 15h. La mayoría de los días salir a trotar aunque sean solo 5K no es algo muy apetecible, pero cuando llevo días sin hacerlo la cabeza sufre mas que el cuerpo cuando lo hago.


No me quejo, este post es solo una reflexión para darme cuenta de que a veces sucumbir, escuchar al cuerpo y no salir un día a entrenar no es malo. Que si solo hay tiempo para lo que antes eran tiradas cortas no pasa nada y que avanzar con paso lento es mejor que no avanzar. O eso o irme a correr a Alaska.

¡Gracias por leer! :)






lunes, 15 de junio de 2020

El mundo del CaCo

     Empezar  a correr o volver a correr tras una lesión o una pandemia, es lo mismo. Si algo he aprendido tras tantos comienzos es que las prisas no son buenas y precipitarnos puede llevarnos a volver a dejar de correr por una temporada. Por desgracia, estos días, las redes sociales están llenos de corredores que han sufrido molestias o lesiones por intentar correr como antes de la cuarentena forzosa que hemos sufrido.

Esta vez he tenido paciencia, he aprendido la lección y quería hacer las cosas bien. El plan que he seguido no lo he sacado de ninguna página web ni me lo ha hecho ningún entrenador, es cosecha propia. He seguido todo lo aprendido estos años y las sensaciones de mi cuerpo para lograr correr 30' seguidos sin morir en el intento y sin pedir la amputación de las piernas al día siguiente.

     Os dejo un cuadro con la pauta que he seguido, por si alguno tiene curiosidad. Siempre dejaba un día libre entre una sesión de CaCo y la siguiente, por lo que en total me llevó dos semanas dar el siguiente paso que fue correr 5K seguidos.





La idea principal era seguir haciendo CaCos hasta que me sintiera preparada para hacer 30' seguidos corriendo y repetir la sesión anterior si tenía malas sensaciones o agujetas. Pero no hubo que repetir ninguna, seguramente por el fortalecimiento que hacía los días en los que no podíamos salir de casa y a un par de sesiones de fortalecimiento a la semana.

Si vais a empezar a correr tened paciencia, id poco a poco, no tengáis prisa de avanzar y sed constantes. Tiene su recompensa.




El próximo reto será intentar llegar a correr 1h seguida. Seguiré informando de mis progresos por mis redes sociales.

Gracias por leer!!





martes, 2 de junio de 2020

La imagen del espejo

Ha pasado mas de un año desde la última vez que escribí en el blog, no sé como ha ocurrido.
Es como si me hubiera introducido en un agujero negro del que me ha costado escapar. De repente he amanecido con 40 años y no reconociendo la imagen que me devolvía el espejo.

Entré en 2019 lesionada, pero lo acabé con dos maratones a las que solo puedo decir que sobreviví. Y es que cuando el cuerpo empezó a tirar, la que no lo seguía era la cabeza.  Después comenzó un 2020 esperanzador, aunque me estaba costando volver a arrancar, tenía ganas de volver a recuperar mi "yo" de antes. Pero a veces el viento no está a favor y llegó el coronavirus y la cuarentena.
No salir de casa, perder la actividad diaria, el ERTE, los ataques de ansiedad, el hambre constante y las comidas poco sanas. Me he perdido.




Llega junio y he decidido cambiar las reglas del juego, volver a ser yo la que controle la situación y no la situación la que me controle a mi. Tengo un objetivo. Quiero volver a sentirme fuerte y recuperar el fondo físico que he perdido. Eso pasa por retomar el ejercicio y mejorar la alimentación, pero también por retomar una actitud positiva.

Hay que empezar introduciendo pequeños cambios para no venirse abajo. Por ejemplo, aumentando el consumo de agua lo que repercutirá en beber, en mi caso, menos refrescos. Y hacer 5' de ejercicio cada hora mientras esté sentada en el ordenador.
Paso a paso, lenta pero fiable. Volveré.





¡Gracias por leer! :)