miércoles, 20 de septiembre de 2017

Running y alcohol

Esta entrada tenía que haberla publicado el domingo y el tema no iba a ser este. Pero tras no poder hacer la tirada larga el domingo debido a unas molestias en los gemelos provocadas por los tacones, os voy a hablar de otro de los peligros de salir de fiesta un sábado por la noche, cuando al día siguiente toca entrenar...el consumo de alcohol.

Puede que sea la menos indicada para hablar del tema desde un punto de vista práctico, ya que los que me conocéis sabéis que no me gusta la cerveza ni el vino (no, ninguno, ese suave y afrutado que estás pensando tampoco). Así que mi consumo de alcohol se reduce a BBC (bodas, bautizos y comuniones) y cada mil años a alguna fiesta.
Así que voy a tirar de mi otro yo, la bióloga que duerme en mi, para explicaros de manera sencilla el por qué no es buena idea correr después de una noche de fiesta o de irte de cañas con los amigos.


Durante la carrera hice muchas prácticas, pero os voy a relatar una que viene como anillo al dedo. La asignatura era bioquímica clínica, y la práctica trataba de estudiar como afectaban diferentes elementos a la cantidad y densidad de la orina.
Para ello dentro de la clase se formaron varios grupos. Un grupo para ver como afectaba la sal a la orina (comían patatas fritas saladas a palo seco), un segundo grupo para ver como afectaba el agua (obviamente bebían agua y no comían nada) y un tercero para el alcohol (que bebían whisky solo...si parece que fueron los que mejor se lo pasaron XD). Para ver la diferencia se estableció un grupo control (no podía beber ni comer nada durante la práctica).
Cada individuo recogía su orina durante las varias horas que duró la práctica.
La conclusión para el alcohol era algo que cualquiera hemos podido comprobar tras un par de copas, poliuria. Es decir, el alcohol producía un efecto diurético mas que evidente.
Voy a intentar explicar de manera sencilla porqué no podemos parar de ir al baño tras el consumo de alcohol. 

La orina que sale del cuerpo ha sido previamente concentrada para evitar la pérdida excesiva de agua. Esto se lleva a cabo gracias a una hormona denominada arginina vasopresina (AVP), aunque también se la conoce como hormona antidiurética (HAD o ADH) que es producida por el hipotálamo.
El alcohol inhibe la síntesis de la hormona antidiurética y por tanto la orina no se concentra, por lo que produce una pérdida de agua superior a lo normal, lo que puede provocar deshidratación  si no reponemos ese agua. No con más bebidas alcohólicas, o será peor el remedio.


Y la deshidratación como os imagináis no es buena. La disminución de agua en las meninges es lo que provoca la clásica cefalea de la resaca, por ejemplo. Y este es el por qué no se debe correr tras haber bebido, la deshidratación. Y es que ya perdemos suficiente agua mientras corremos, como para empezar a hacerlo en déficit hídrico.

La deshidratación provoca una mala termoregulación y por tanto la elevación de la temperatura corporal durante el ejercicio. Lo que es peligroso, pudiendo llegar a  provocar un golpe de calor cuyos efectos pueden ir desde el dolor de cabeza, mareo, nauseas..., pero si persisten las condiciones puede acabar en pérdida de conciencia e incluso la muerte.

Y aunque no lleguemos a ese punto si vamos a notar en el entrenamiento otros efectos derivados de la deshidratación como son la fatiga y la disminución del rendimiento. Pero también seremos mas propensos a los calambres, ya que con en la orina no solo hemos perdido agua, también el sodio necesario para la contracción muscular.

Y ahora tu eliges si quieres salir la noche antes de esa tirada larga o esa carrera donde tenías pensado hacer MMP. Por si acaso un pequeño truco para no tener resaca al día siguiente, reponer líquidos antes de ir a la cama. Así no nos despertaremos con dolor de cabeza y con ganas de beber hasta el agua de los floreros. 

Felices kilómetros y mojitos de fresa para todos!!



 

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